LA PARADA DE LOS MONSTRUOS (1932)
Tod Browning (1880-1962)
Esta película de apenas sesenta minutos de duración (no perdamos de
vista la época, 1932) titulada en origen Freaks (¿a alguien le suena
esta palabra?), seguramente es una de las apuestas más valientes que se han
hecho en la historia del cine. Fue catalogada como cinta de terror, cine de
vanguardia e incluso documental; esto último seguramente por el realismo que
suponía utilizar a actores con discapacidades y deformidades reales, sin
maquillajes ni añadiduras, tan cruda y real como la vida misma. A mí ninguna de
estas clasificaciones me convence, y en todo caso, diría que estamos ante un
drama humano. A pesar de esta premisa de originalidad, hay que decir que fue
una película muy subestimada en la época y quizás, hoy en día, también.
Comienza de una manera inquietante cuando un feriante muestra a los
espectadores a una mujer que ha sufrido una transformación horrorosa; la cámara
en ese momento no enseña nada, pero los gritos de horror de los presentes lo
dicen todo.
Después, el hombre comienza a contar la historia: Hans y Frieda son dos jóvenes
que padecen enanismo y están prometidos. Pero en su romance se entrometerá la
bella trapecista Cleopatra, que conocedora de la fortuna proveniente de una
herencia que posee Hans, le seduce y acaba casándose con él, a pesar de
despreciarle. Cleopatra tiene un amante, el forzudo Hércules, y entre los dos
planearán matar al pobre Hans para hacerse con su dinero, todo esto ante la atónita
y enamorada Frieda que nada puede hacer ante el embelesamiento que sufre Hans
por Cleopatra. Pero en la boda, la trapecista, borracha y enloquecida, se
burlará de todos los freaks allí reunidos para celebrar la ceremonia,
les insultará y les denigrará. A partir de aquí comenzará la venganza de “los
monstruos”, que nos llevará a un desenlace inolvidable, en el que nos
encontramos con una unión solidaria que difícilmente hallaríamos en personas
“normales” y cuyo resultado nos remite a
la escena inicial.
Es una película profunda y humana, en la que hay escenas crueles
difíciles de asimilar. El hecho de estar protagonizada por personas con
problemas físicos reales hace más alarmante y verosímil esta crudeza. En
ocasiones resulta impactante.
Es un film insólito en el que lo aparentemente feo se muestra con una
tierna belleza (sobre todo en las escenas en las que observamos su vida
cotidiana, por ejemplo la que se desarrolla en un bosque) y lo supuestamente
hermoso está encarnado por la avaricia y la maldad. Esta realizada con sumo
respeto a seres humanos a los que la sociedad no aceptaba y que tenían que
ganarse la vida en espectáculos de
entretenimiento. Sin embargo, tenemos que subrayar que también fue
malinterpretada en la época, como muestra está el hecho de que fuera prohibida
en el Reino Unido durante treinta años acusada de explotar a los actores.
Irrepetible en muchos aspectos, tiene unas interpretaciones maravillosas,
en las que destacaría la de los encantadores Hans y Frieda que encarnan los actores
Harry Earles y Daisy Earles (hermanos en la vida real y que formaban junto a
otros dos The Doll Family, muy popular en circos y representaciones similares
de la época).
Honesta, cruda, con toques de humor negro, realista pero también
poética, adelantada a cualquier tiempo…, son adjetivos que le van perfectamente
a esta obra maestra para mí, indiscutible. Un auténtico alegato a favor de la
diferencia.
Y por si alguien le interesa acercarse a esta espléndida película puede encontrarla
en plataformas digitales en internet (tipo Filmin).
Trailer original en inglés-La parada de los monstruos (Freaks)-